cuentos sin final feliz. II parte
Los traductores de los hermanos Grimm decidieron censurar algunos pasajes, tal vez poco aptos para los oídos infantiles. Entre ellos el que narra cómo la reina, celosa de la belleza de Blancanieves, ordena su muerte y pide como prueba que le presenten el corazón y los pulmones. Creyendo que eran realmente estas piezas las que el cazador le entrega (eran de un jabalí), las sazona y se las come muy gustosamente. Pero menos mal que la cosa no queda así. Después de todo, la malísima reina es obligada a calzarse unos zapatos al rojo vivo “y bailar y bailar hasta caer muerta al suelo”.
La Cenicienta.
En la versión, nuevamente, de Giambattista Basile, titulada “La gata Cenicienta“, la heroína no sólo sufre las vejaciones de una, sino de dos madrastras. La primera de ellas, por cierto, es asesinada por la propia Cenicienta, que le parte el cuello con la tapa de un baúl. En una versión china del siglo IX, la madrastra y sus repelentes hijas son muertas de manera cruenta por una lluvia de piedras. Otras versiones, sin embargo, se conforman con que una bandada de palomas les arranquen los ojos durante los esponsales. Cuánto amor.
Esto en cuanto a los cuentos más conocidos por todos, pero ¿y qué decir de La Cerillera, que muere congelada porque si vuelve a su casa sin haber vendido las cerillas la van a moler a palos? ¿Y de Garbancito? ¿Qué es eso de abandonar a los niños enmedio del bosque? Muy mal, oigan, muy mal.
fuente: http://www.edicionesdelsur.com/padres_art_39.htm
"Los chicos ya no le tienen miedo al Lobo Feroz porque una pistola nueve milímetros o una navaja escondida en la mochila de un compañerito son bastante más aterradores y reales que un predador acechando en un bosque imaginario.
Las moralejas sobre desconfiar de los extraños tampoco son muy efectivas cuando curas y maestras jardineras son procesados por abuso de menores y la fuerza que debe velar por la seguridad está sospechada de cobijar entre sus filas a un violador serial...."